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jueves, septiembre 07, 2006

Momento bajo

Un siniestro en la estación. Pandemia de desencuentro, vagones que explotan porque ya era hora. Balanzas sin platos, los únicos platos, los rotos. Los únicos trapos, trapos sucios. El único sudor, el de la desilusión, ese frío, inquietante y mudo que convierte en piedra la lengua. Y saliva seca que tragar rompe en llanto seco. Todo el sufrimiento manifiesto en miradas perdidas, toda la agonía compartida con la soledad. La soledad.
La estación tiene un reloj que marca la cuenta atrás para el siguiente siniestro, aunque hemos de coger el tren de la línea cero, para una nueva estación con una nueva realidad. Desesperanza, quizás. Confiamos en ti, maquinista.
"On dit que le destin se moque bien de nous..."