Nombre:

viernes, junio 02, 2006

La Giganta

La giganta vivía en un mundo corazón. Yo había creído desde el principio que habitaba en un mundo mente, pero estaba equivocado. Me di cuenta con el paso del tiempo que todos sus impulsos tenían el motor en el núcleo de su pecho. La consideraba como un ser diminuto al que mi sentido común me obligaba a acurrucar entre mi barbilla y mi estómago, murmurándole susurros baladíes que hicieran sonreír sus ojos transparentes entornados en mis ojos compasivos. Y cuando sentía hundirse sus dedos ciempiés en mi espalda aeropuerto la notaba Giganta, y me envolvía en una burbuja que anulaba la niebla de la ciudad dorada. De plata se convierte su gigantez cuando recuerdo sus besos y senos, y cada dos pasos suyos siete recorría yo jadeando en la timidez de mis palabras fluyendo con soltura. La Giganta en su mundo corazón destrozaba mi habitáculo pequeño de carantoñas y sonámbulos, y agradecía con frialdad mis cuidados sorpresa, mis días lluviosos que compartía con ella, en los que nunca había hecho el amor, ni siquiera con ella. Trepaba a mi alma como un oso blando por una tubería mojada, como cebando mate torpemente pero con incrédula pasión rosa-roja, como zumo de pétalos. La Giganta tenía sus manos enormes, a pesar de todo, y yo la quería, a pesar de todo. La Giganta murió aplastada, aún no sé por qué, si era enorme.

1 Comments:

Blogger Fernando Tallón said...

Estas cojio, no hay kien te entienda xD

1:22 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home