Ecos
Tengo la absoluta certeza de que todo lo que pienso acaba haciendo eco en la cabeza de alguna ballena. Y que cuando ésta emite su punzante advertencia a otra, le transmite el sentimiento que desprendí. Luego, es atrapado por las redes de algún pesquero para adueñarse de un marinero, que contempla esa noche las estrellas melancólico. La misma que está mirando la pareja que, apaciguadamente va dejando esos lacitos que la unía, desatándose y cayendo a la carretera. Los lacitos, desplazados y sucios por las ruedas de los coches, son recogidos por un viejo que los guarda sin limpiarlos, y cuando dos días más tarde muere de tristeza, los hace heredar a su nieta, bellísima rubia e inocente que, tras lavarlos, se los ata a la muñeca. Los lleva hasta hacerse mayor, cuando un día en una cafetería, se enamora de un chico y éste advierte su extraña pulsera, y ella le cuenta que tienen una larga historia triste. Él la libera de esa inquietud desatándolos y tirándolos al contenedor
Esos gatos que callejean de noche para vigilar a los fantasmas siempre hurgan en la basura, aprovechando los desperdicios en forma de pescado mordisqueado, cajas de bombones, calcetines rotos, lacitos o pensamientos.
Escuchando: Días extraños - Sesiones perdidas - Los piratas

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