Nombre:

jueves, noviembre 23, 2006

DOLIDO

Por ti sí que daría la vida.
Por ti no respondería ante nada, ni nadie.
Por ti sufriría como sufro ahora, y por ti no tendría miramientos.
Dejaría de comprender el sentido de pobreza, por ti, y de miseria.
Aceptaría la guerra, las muertes, la intolerancia.
Derramaría mi sangre, por supuesto.
Y la de tantos otros.
La de todos.
No sobrevivirían las flores, tan hermosas, si falta hiciera.
Arrancaría del pecho del santo el corazón para entregártelo.
Y de mi pecho, negociaría con mi alma para venderme por ti.
Derrúmbame si quieres, me dejo llevar.
Ya me estoy dejando llevar por tu tristeza, nuestra tristeza.
Y el odio que se enciende en mis entrañas que va disolviendo todo lo bello que tengo dentro. Ya no queda nada, sólo tú.
He visto tus ojos más triste esta noche. No lo estoy soportando, víctima inevitable, presa del dolor. Grito ahogado en mi garganta llena de cristales mis pupilas, imaginándolo en brazos de una puta desgraciada, sin atreverse ahora a llegar a casa sorprendiendo a todos con su valentía inexistente. No volverá y seguirás soportando la injusticia y la opresión que va a acabar contigo, mi ceño fruncido y se oye una puerta. Miedo.
Te quiero, te quiero, te quiero.
Te quiero mucho.
Mamá.