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domingo, diciembre 10, 2006

Pasado en llamas

...una ventana mirando al desastre pasado. Ardió la casa, y corrió por el sendero hasta destrozarse los pies con las ramas partidas y previamente quemadas por otro de tantos incendios. Desde la cima de la escarpada montaña que ascendió casi sin aliento, se podía ver el tejado en llamas del que había sido su hogar durante los últimos dos meses. Pero había objetos dentro de él a los que les tenía un cariño especial, y nunca más volvería a verlos, no al menos de la misma forma, sino como trozos de lo que fueron fotos, juguetes o algo con lo que jugar, recuerdos de viajes por la gastada Europa a la que amaba, y ropas con olores a mujeres en sitios y circunstancias que no se repetirían. Cerraba los ojos y sólo podía observar el hogar a través de una ventana, cenizas y olor a madera vieja podrida, y una lágrima apagaba poco a poco el fuego y la inquietud de no saber que pasaría después de todo eso, hacia dónde se dirigían esas encrucijadas que le quedaban por recorrer, los caminos pedregosos y embarrados por la lluvia que caía cuando la tarde despedía a la luz y traía consigo a las alargadas sombras que tanto le pesaban, que tantos errores le hizo cometer. Los abría y miraba al horizonte dorado, adivinando tras un saliente una vida que se le avecinaba, temiendo que volvieran los fantasmas de los que huía. Pero conociendo el riesgo personalmente, se adentró con paso firme para causar una buena impresión, mientras las llamas lo consumían.