Sírvase usted mismo, pero pague antes de irse

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lunes, mayo 29, 2006

¿Me quieres?

Que te esperes, que otro día será. Hoy no voy, se me han quitado todas las ganas que me habían dado. Ya sé que tú no tienes la culpa, pero tampoco la tengo yo y no voy por ahí quejándome. Demasiado agradable soy, demasiado bien me comporto y no debería comunicarme con nadie en, al menos, un mes. Menos mal que en poco tiempo me marcho, y con esperanzas de seguir marchándome. Pero no te quedes ahí con cara de espasmo o infarto cerebral diciéndote que qué imbécil soy, que cómo puedo ser así y todo ese tipo de preguntas que tienen una respuesta, una sola: ahora me toca a mí pasar, ignorar, y todo eso que no me gusta hacer. Pero es que uno acaba tan harto y no sabe de qué. Quizás uno acaba harto de ser uno mismo y no sabe cómo huir, no sabe y expulsa toda su ira maldiciendo a nadie. Debería existir Dios para poder mandarle todo este saco de trozos de poemas rotos. Debería ver ciertas cosas, y otras no. Alguien debería quererme ahora.

domingo, mayo 28, 2006

dormido

Estoy llorándole a la almohada
te echo de menos
harto de ciertas vanidades
hastiado de innumerables versos
no más bocas
Estoy llorándole a la sábana
y me besa, acaricia, y me duermo.

La tortuga y el ángel

La tortuga no entendía de amor. Dos médicos fueron a rescatar al ángel que cayó, que aunque digan que no tienen sexo, era preciosa. El coche volaba a toda velocidad para su rescate, y se acercaron para darle de beber un elixir divino, que aceptó con gratitud y se levantó a duras penas ayudado por los médicos. Pero se dejó caer y uno de ellos que no llevaba gafas de sol la cogió en brazos y la anidó para que no sintiera nada. Se montaron en el coche y ella se fue despertanto paulatinamente, con unos ojos que miraban con ambición el cielo, más allá de lo que ellos podrían imaginar. A pesar de que ya había una autopista que circulaba por fuera de la órbita lunar, los buenos no conocían el lugar hacia donde iría ella. Se enderezó y, fuertemente agarrada al asiento delantero dejó que sus inmensas alas se desplegaran y que el viento acariciara su cara. Las piernas sintieron la fuerza necesaria para elevarse y agarrar luego la mano del copiloto, con el coche a toda velocidad, ahora era ella quien volaba. Una lágrima cayó sobre cualquier lado por detrás del vehículo, era increíble ayudar a volar a un ángel, a pesar de que no era la primera vez que lo había hecho. Sobre todo porque sonreía y no solían dedicar una sonrisa así sin más. Y desprenderse de ella fue tan dulce y a la vez tan aterrador por la carretera del espacio que casi tuvo que saltar detrás. Voló hasta que se fundió con las estrellas, mientras volvían por el tunel que recordaban que el amor, que la amistad, que la vida, que la alegría.
La tortuga miró la ilusión en los ojos del que no llevaba gafas de sol y siguió sin entenderlo. Pero sí entendía que al de las gafas le gustara oír su nombre una y otra vez, y repetirlo: tor-tu-ga. Qué combinación de letras, pensaba, mientras el otro siguió perdido en el recuerdo del ángel.

lunes, mayo 22, 2006

Espalda blanca

09 septiembre de 2005

Espalda blanca. Quién iba a imaginar ese giro, yo no. Espalda blanca, camuflada por la oscura luz de una noche más, ojos grises y un gato, de la mano a paseo entre dos calles mojadas. Y-la-música-acompaña-el-ruido-de-los-pasos. Quiero un beso suyo, no puedo pasar mas horas imaginando, no puedo pasar mas tiempo mirando la nada esperando a que algo ocurra, cuando me habla… debe ser dulce, dulcísimo, ella lo es. Paso mi mano por mi frente que esta invadida por un sudor gélido y seco, una fatiga y mi espalda mojada, como blanca y la calle, la lengua fuera jadeando diciéndome que hoy es el día en el que realmente me daré cuenta de la imposibilidad de cumplir un sueño otorgado por la falta de incredulidad, el ser demasiado soñador, el estar viviendo en una fantasía y una magia de la que uno nunca podrá escapar, es el sino y la forma de aceptar las cosas que uno tiene, que a veces llega a ser una virtud pero cuántas otras no son nada, y esta vez no es nada porque el sudor me dice que pare, y mi fatiga solo me obliga a retroceder un poco mas y muero, pero gracias porque mi corazón late y eso alivia, me gusta que lo haga con sentido y gracias por qué si tu no tienes nada que ver, o si, porque eres dulcísima.

28 de Mayo de 2005
De nuevo sentado sentado así como el corpulento( ), pero esta vez con las moscas esas que en la canción esa llenan el corazón, o la arena que se derrama dentro, la música sonando tras un regreso a lo mismo, un regreso de la canción al mundo al que pertenece y un regreso de mi corazón al mundo al que pertenece, pero tan triste y tan abandonado que cuando parece gustar ese sentimiento uno se da cuenta de que es un destrozo completo de todo lo que tenía y hunde al desorbitado espíritu en un sin saber dónde ni con quién ni cuando…
.tiempo.
Y DIVERTIRSE
por hacer algo y no querer mirar _____________ atrás pero ese pasado cambia tu presente (ahora) y hay que aprender a vivir de nuevo, pero no quiero y tengo que hacerlo porque te has equivocado y ese error me convierte en una víctima de todo cuanto quería, y lo peor es que no sé si te has equivocado o sólo has querido hacerlo porque ya el amor no embriagaba tus ojos al verme como los míos que cada día eran nuevos ojos para ti y cada día podían seguir siéndolo porque eso es amor, y nada más. Y amor es lo que ya no quiero, pero volver… volver (volver, volver) a descubrir cosas nuevas, volver al infierno o al paraíso, volver (más) a ser un
p e q u e ñ o, a mirar curioso, volver (siempre de regreso) a proteger con coraza y volver (por último) a ser una persona sin fin.
Fin.
Mirar sin ver.